Ayuda a los Familiares de Adictos

La enfermedad de adicción no solo afecta al adicto, sino que acaba por afectar a toda la estructura familiar y/o de pareja. Son los que viven con el adicto los que se ven más afectados: cuando el adicto está bien, ellos están bien. Si el adicto está mal, ellos también están mal. A esto se le llama CODEPENDENCIA o COADICCIÓN. El adicto lo es a las sustancias que consume, y el CODEPENDIENTE lo es al estado de ánimo del familiar o pareja que consume.

Los familiares o la parejas codepedientes, han dedicado su vida a proteger, cuidar y controlar al adicto: le sacan de apuros, esconden su conducta a nivel social, viven pendientes de controlar lo que hacen o dejan de hacer, y le protegen de las consecuencias del consumo. Sin darse cuenta y con la mejor de las intenciones, en vez de ayudar al adicto a dejar de consumir, perpetúan su comportamiento.

La conducta codependiente es una respuesta enferma al proceso adictivo, pero además se convierte en un factor clave en la evolución de la adicción. Es decir, la codependencia, buscando lo contrario, promueve el avance del proceso adictivo. El codependiente centra la mayor parte de su vida en el adicto, él es su prioridad, relegando en ocasiones su propia vida a un segundo plano. Mientras todo esto sucede, ellos mismos van enfermando.


A lo largo del tiempo, años muchas veces, van sintiendo una mezcla de inquietud, temor, preocupación, y tristeza. Ansiedad, frustración, desesperación. Sienten culpa y vergüenza por la enfermedad de su ser querido a la vez que sentimientos de rabia, ira y enfado. Frecuentemente tienen la sensación de no estar haciendo las cosas bien, de que podrían hacerlo mejor. Sienten desesperanza, ven el futuro negro y dejan de creer en la posibilidad de que la situación mejore. Estas y muchas más son las sensaciones que los familiares y pareja sufren.

Es más frecuente de lo que pensamos, que las personas codependientes acudan en busca de ayuda médica, pero sin mencionar el problema que les aqueja en el seno familiar, por lo que los profesionales de salud encargados de hacer el diagnóstico, terminan etiquetándolo como «depresión» «ansiedad» o simplemente «estrés». A pesar de que la codependencia cursa con sentimientos depresivos, es importante tener en cuenta de que la depresión en este caso, es un síntoma de la codependencia.


Las Terapias de Familia y Pareja son terapias de grupo conjuntas, con el adicto y el familiar. Ayudan en el proceso de recuperación de tres formas claras:

1. Es necesario que los familiares aprendan a resolver los conflictos que se han creado en el seno familiar. Deben conocer mejor la enfermedad y como funciona, de manera que sepan qué conviene y qué no conviene hacer para colaborar en la recuperación del paciente.

2. Son los «ojos y oidos» de los terapeutas dentro de casa. Ayudan informando al terapeuta de lo que acontece al adicto fuera de los grupos de terapia, pero sin intervenir.

3. Es necesario que el codependiente ponga el foco en su propia recuperación y cuidado personal, soltando el control de lo que ocurre con la vida del adicto. Debe aprender a ser independiente del adicto, a llevar una vida paralela. Muchas veces la recuperación de una familia afectada por la adicción, comienza con la recuperación de los codependientes.

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